18 de julio de 1994 9.53 A.M. EXPLOSIÓN DE LA SEDE DE LA AMIA 18 de julio 2020
26 AÑOS DE LA EXPLOSIÓN DE LA AMIA
MEMORIA ACTIVA

Aquel lunes 18 de julio de 1994, amaneció gris: el invierno empezaba a marcar con frío su estilo. La ciudad despertaba con un sol pálido, los comercios habían abierto sus puertas en buena cantidad, la comunidad cercana a Pasteur 633 empezaba a trajinar su actividad. Mujeres y hombres en sus calles, tráfico denso en el barrio, como siempre, y algún taxi buscando pasajeros. El semáforo en rojo, luego, pasó al verde y hasta acá, todo era un día más. Cuando el reloj marcó las 9.53, tronó la ciudad con un rugido hondo y doloroso que se escuchó a decenas de cuadras: Buenos Aires sumó su segundo atentado en solo dos años. En 1992, la comunidad judía en la Argentina ya había sufrido la voladura de la embajada de Israel en la calle Arroyo 910, que dejó 22 víctimas fatales. Esta vez, la explosión en la sede de la AMIA terminó con la vida de 85 personas. Desmoronada en su estructura, escombros y cadáveres, heridos y mutilados, conformaban un apocalíptico paisaje. Después se sumaron las sirenas, bomberos, ambulancias, gritos, y la solidaridad de voluntarios -algunos con perros- que buscaban bajo los escombros la vida que ya no estaba.
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